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Descripción Morcillas de cebolla.
Condiciones de conservación y uso Antes de cocinar la morcilla es conveniente pinchar la piel en tres o cuatro puntos para que no reviente. Se prepara una sartén bien caliente y se marcan las morcillas hasta que la superficie esté ligeramente dorada. Otra opción es cocerlas en agua, caldo o una salsa, como por ejemplo, de tomate. Pueden servir de guarnición para un potaje, un plato de verduras o unos huevos fritos. Las morcillas son ricas en grasa y sodio, por lo que se debe moderar su consumo. También son muy ricas en hierro.
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